Tierra y mar es el título de mi primera colección de poemas que llevan en sus versos al campesino y marinero que el poeta madura en su interior y con los que vive sus sueños. Es, sencillamente, profundo y largo grito, estético y juvenil, nacido para no sólo ser escrito, leído y discutido. Es algo más y diferente, es la respuesta que la Naturaleza arranca cuando te pellizca las entrañas. Su aproximación al mar vino desde ese joyero de color y clima que son los Monegros y no es otra cosa que la proyección y búsqueda de esa parte del mundo con que sueñan quienes viven en el secano y que, en este caso, no se ha querido guardar en el bolsillo. El mar es sencillamente un sueño de color azul, que almacena el futuro de los secaneros y creen que un buen día, como el bus que lleva y trae el correo al pueblo, el hombre será capaz de programarlo para que de tiempo en tiempo los visite llevándoles en sus nubes el agua que tanto necesitan. Su tierra es una realidad a la que ama y quiere, la trabaja y con quien habla y considera lo más bello del mundo.